¿La educación al servicio de Quien?

Mesa Financiación

La arremetida contra la universidad en Colombia es el resultado de una serie de directrices marcadas a nivel internacional por el Banco Mundial, que demuestra el interés de este órgano de extender unas políticas privatizadoras  en Latinoamérica, con el fin de aumentar la desmesurada riqueza de las grandes compañías al hacer más fuerte la presencia del mercado en la regulación de las entidades públicas de educación superior.

Y es buscando que las universidades deban autofinanciarse que obligan a vender la producción intelectual del país:

"A partir de ahora, las acciones del Banco (Mundial) hacia la enseñanza superior tenderán a apoyar los esfuerzos de los países para empezar reformas que permitan a este subsector funcionar de manera más eficaz y con un costo mínimo para el Estado."

Así pues, se logra desligar al estado de la educación, diciéndolo de otra forma, se desliga a la sociedad como financiadora y creadora de universidad ya que no queda otro camino a las universidades que buscar en el sector privado el sustento que les permita seguir funcionando, vendiendo así la investigación y ajustando sus temáticas a las necesidades del mercado, acabando así toda posibilidad de una universidad que le apueste a las necesidades reales de la sociedad.

Con todo esto se tecnifica la universidad, reduciendo el desarrollo como personas dentro de las instituciones y convirtiendo a los estudiantes simplemente en materia prima para un engranaje más que haga mover la maquinaria de las empresas, sin dar a estos un trato humano y mucho menos una educación como tal. Los programas educativos y la investigación se rigen por la necesidad del mercado, la carrera por la autofinanciación hace que se recorte el presupuesto para el bienestar académico, siendo este según Leopoldo Munera,  “la mejor solución para frenar la deserción estudiantil y ampliar la cobertura real, sin sacrificar la calidad”. Estos recortes de presupuesto también cercenan las iniciativas culturales dentro de la universidad, así pues, esta orientación global de privatizar  no solo le quita el derecho a la educación a quienes no tienen los recursos para sostenerse económicamente en la universidad sino que le quita al pueblo el derecho a generar una identidad cultural a partir de la academia.

También cabe anotar, que dentro de las decisiones que se toman, no es tomada en cuenta la comunidad universitaria, dejando el rumbo de la educación en manos de personas seleccionadas por el gobierno débil que está sujeto a las decisiones que más convengan a los dueños del mercado, mostrando hasta el día de hoy una tendencia neoliberal, del libre mercado y poner todo al servicio de esa “libertad”.