A ESTUDIAR Y A LUCHAR...
¿Quién de nosotros no sintió la alegría q produce saber que has pasado a la Universidad? ¿Cuántos de nosotros no hicimos planes para el momento de estar en el claustro universitario, tener siempre el tiempo preciso para ir a un taller, a las clases y si se puede a hacer deporte?... Pues bueno, es lo más normal y creo que no está de más decir, que todos o al menos la gran mayoría pensamos así y sentimos esa emoción.
Al momento de pasar la portería el primer día, al momento de entrar a la primera clase el aroma que tiene la educación pública se hace notar; Se ven pasar sin fin de personas y personalidades, infinidad de actitudes, una gran cantidad de rostros. Pero una sola identificación: Somos todos de la misma comunidad estudiantil. Una comunidad que ha sido golpeada, vulnerada en repetidas ocasiones por intereses ajenos a los que la universidad necesita. Pero esas situaciones pasan desapercibidas ante nuestros ojos, porque al fin y al cabo es nuestro primer día de clase y no hay q preocuparnos más que por terminar nuestros estudios y regresar a nuestros hogares.
Los días se vuelven semanas, y las semanas meses y nuestra rutina no deja de ser monótona, repetitiva, aburridora. Pero necesaria si queremos nuestros títulos de egresados de un establecimiento, que se puede considerar el mejor en educación superior en Colombia. Aprendemos a identificar el sin fin de corrientes de pensamiento que cruzan por nuestros lado encarnados en personas. Vemos los compañeros activistas; los que llevan la lucha estudiantil en la sangre y defienden su posición en cada debate. Vemos a esos que le dieron un significado diferente a la discusión, los “compas” del aquí y ahora. Los que defienden a costa de lo que sea la universidad, los que son capaces de sacrificar un momento de sus tiempos para hacer parte de las decisiones que podrían afectarlos, esos que hacen parte del “sector crítico” de la U. Y vemos aquellos, que ajenos a todo lo demás, solo venimos a que nos graben en la cabeza información, para luego poder plasmarla en una hoja de examen. Que nos den un 5.0 y poder soñar con el momento en el que nos estén felicitando por aprendernos de memoria el libro de estudio.
Pero llega un momento en el que nos detenemos algunos, mientras los demás siguen en su curso normal. Los que nos quedamos, entramos a reflexionar, nuestra visión se amplia y ahora si entendemos que es estar en una universidad pública. Nos toca ver como reformas educativas le alargan o les recortan los semestres a nuestras carreras, comprendemos porque se amplía la educación para todos, pero quedamos afuera de los salones recibiendo las clases. Sabemos porque recortan las ayudas para nuestros compañeros, nos damos cuenta de que las garantías se hacen cada vez peores, no hay financiamiento y el que hay solo se usa para hacer productiva la universidad en el mercado; Cada vez va a ser más difícil estudiar. Comprendemos y compartimos con los compañeros que antes solíamos ver ajenos a su forma de pensar. Aprendemos así a decir que la universidad debe ser crítica y transformadora, para el servicio del pueblo y no del mercado. Pero lo único que no sabemos responder es: ¿Por qué no había visto esto antes?
Bienvenidos a defender la Universidad Nacional de Colombia.
Mi hogar, nuestro hogar.
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